Los cerramientos o cortinas de cristal, instalados en espacios como pérgolas exteriores, no solo dotan a la estancia de luz natural durante el día. También le confieren un estilo vanguardista, aportan un efecto de amplitud y permiten disfrutar siempre de las vistas. Además, este tipo de paneles transparentes, con sus puertas correderas, hacen posible regular la temperatura en el interior de la estructura.
Pero para mantener todos estos beneficios, y que los cerramientos estén en buenas condiciones estéticamente, es imprescindible limpiarlos y revisar su estado periódicamente, así como realizar las labores necesarias para su cuidado.
La limpieza habitual, base del mantenimiento
Cuando hablamos de cerramientos de cristal, una limpieza regular no solo es la manera de que permanezcan relucientes, sino que es fundamental para asegurar su buen funcionamiento a largo plazo. Por ejemplo, el hecho de que estén limpios te permitirá detectar fácilmente cualquier muesca o grieta.
Pero antes de empezar a limpiar, retira el polvo y la suciedad superficial con un trapo seco, para que no se raye el vidrio o cristal templado cuando utilices los productos de limpieza. Tras este paso previo, para el lavado te recomendamos diferentes alternativas:
• Utilizar simplemente agua y un jabón neutro
• O agua tibia mezclada con vinagre blanco
• También puedes optar por limpiadores específicos para vidrio
• Nunca emplees soluciones químicas abrasivas, como las que contienen amoniaco
En cualquier caso, humedece un paño suave y liso y frótalo sin demasiada intensidad contra la superficie (y en los rieles). Después, seca lo mojado con un trapo de microfibra, para obtener un acabado pulido y brillante. Y, recuerda: elige siempre un día nublado o poco soleado para llevar a cabo la limpieza; si el sol es intenso provocará que la mezcla se evapore enseguida, dejando marcas antiestéticas.
La prevención: anticípate al desgaste
Tan importante como la limpieza es realizar inspecciones periódicas para comprobar si hay daños. Si encuentras alguno, no olvides repararlo lo antes posible o contactar a un profesional para que lo haga.
Durante esta tarea también es fundamental lubricar los rieles, guías y bisagras con cierta frecuencia, para prolongar la vida útil de los mecanismos móviles. Y en cuanto a agentes externos, evita el impacto de objetos punzantes y, en general, los golpes. Si tienes niños en casa, procura advertirles de que no se aproximen mucho a los cerramientos de cristal si juegan cerca de ellos.
Protección adicional para tus cerramientos
Cuida de las zonas más expuestas al sobrecalentamiento por rayos solares con toldos, cortinas o estores. Estos complementos contribuirán, a su vez, a dar un toque de elegancia y diseño al conjunto.
No obstante, también es aconsejable el uso de productos que repelen el agua y las partículas del ambiente. Este método de protección, además, alargará los resultados de tu limpieza habitual, porque deja una película invisible sobre el vidrio o cristal templado que minimiza la aparición de manchas.
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